Lydia

Lydia es la hija del exministro de hacienda del imperio. Heredó el puesto de su padre a temprana edad, y una de las casas más ricas del imperio la nombró directora de finanzas cuando aún era adolescente. La riqueza que le trajeron estas posiciones le dieron incontables oportunidades de ceder ante todos los vicios relacionados con la avaricia. Lydia siguió acrecentando la fortuna de la familia en negocios moralmente ambiguos o poco éticos donde las otras casas no se metían. Entre ellos, el más redituable era el enorme comercio de esclavos orcos, que llevó a su familia a ser la más rica de toda Aurelica. Por supuesto, toda gran riqueza conlleva grandes amistades. Los pocos enemigos que se atrevieron a oponerse a Lydia terminaron silenciados por la promesa de enormes riquezas, y luego por la licitación de miles de asesinos o subordinados desleales dispuestos a aceptar su oferta.

La familia de Lydia simboliza la concentración de la riqueza imperial en las manos de una pequeña cantidad de casas aristócratas, una tendencia que continuará: Lydia parece dirigir sus habilidades e inteligencia administrativas hacia la adquisición de nuevas razas y territorios para el imperio en miras a expandir el “negocio” de su familia a los rincones más recónditos de Aurelica.