August 24, 2022
Halia, la princesa de Finfolk llegó hasta las costas de Aurélica desde las profundidades del Mar Occidental, hábitat de los antiguos Finfolk cuya tradición se remonta a cuando el Dios del Mar les otorgó conciencia y una especie de metamorfosis con colas y tentáculos a cambio de una fervorosa adoración. La tolerancia e inteligencia de los Finfolk convirtió rápidamente su reino submarino en un oasis de paz, no solo para el mundo submarino sino también para los habitantes de la superficie que tienen la suerte de comerciar con esta generosa gente.
El nacimiento de Halia, actualmente la más joven de las princesas Finfolk, ocurrió en un momento extraño de profecías y milagros, tanto los habitantes de las profundidades como los gigantes marinos temblaron con el presentimiento o se retiraron temerosos cuando un tremendo remolino surgió desde lo más profundo del océano, trayendo consigo todo tipo de corales, piedras y conchas dentro de una vorágine de arena y grava. Así fue como los Finfolk encontraron la última Perla de la Marea (otra muestra del estatus especial de Halia), utilizada para completar y mejorar el poderoso Farol Marino. Todos los Finfolk estaban de acuerdo en coronar a Halia como el “Espíritu del Remolino” predicho por la Bruja del Mar, llegado para derrotar a los Gigantes Marinos y traer la paz y la prosperidad a todos.
Halia se convirtió en una joven líder con gran confianza, aunque algo ingenua, dentro de su opulento Palacio del Amanecer submarino. Buscando siempre hacer el bien, el encuentro de Halia con un marinero ahogado llamado “Borden” de Isla Pirata le brindó la oportunidad de salvar la vida de un pobre habitante de la superficie. Impresionada por el ingenio de Borden, Halia esperaba que su generosidad fuera recompensada. Sin embargo, Borden regresó a la superficie con tres Perlas del Alba del Farol Marino antes de que nadie se diese cuenta del robo. Tras haber permitido el robo y decidida a limpiar su nombre y restaurar el artefacto protector, Halia se dispuso a enmendar su error con Borden. Su primera parada: El temido puerto de las Ciudades Libres.