Balberith

Un comandante demoníaco del mundo antiguo, Balberith, existía antes de que se formara el continente de Aurelica y probablemente persistirá después de su destrucción. Balberith, un astuto Emisario del Caos, es un oponente mucho más peligroso que prácticamente cualquier otra criatura conocida. Sus dos cimitarras están encantadas con energía demoníaca para infundir miedo a los oponentes débiles y sus alas de hueso son en sí cuchillas afiladas, aunque pocos podrían sobrevivir a un encuentro con Balberith para informar a los demás de este hecho.

Se conoce muy poco de Balberith, excepto que en algún momento fue derrotado durante la Guerra en el Cielo, y desterrado a Aurelica, donde trabajó incansablemente para conceder al Señor Oscuro un acceso sin restricciones a nuestro plano de existencia. Balberith pronto reunió a numerosas especies alineadas con la Oscuridad en una legión profana que lanzó en contra de los enanos del Reino de la Montaña y sus fortalezas “impenetrables” que rodeaban la Grieta.

Mientras los darklings se lanzaban contra los parapetos, Balberith se elevó tras las murallas y masacró cruelmente a los defensores y sus mecanismos. Los enanos vieron con horror cómo el ejército de Balberith arrasaba la llamada “llave” del Reino de la Montaña, la Puerta del Bastión, exponiendo la Grieta y las ciudades enanas a la Mano del Caos.

Pero los enanos no lucharon solos aquel día. Por primera vez en muchos milenios, el Titán de Hierro intervino personalmente en los asuntos de los mortales. El Titán arrojó a Balberith a la Grieta después de extraer el corazón del demonio, que debía ser resguardado por el gobernante Clan Fundefuegos. El Titán encargó entonces a sus siervos resguardar tanto la Grieta como el ahora “Corazón de Fuego”, advirtiendo a los enanos que no se debía permitir que ni el Señor Oscuro ni Balberith volvieran a poner pie en Aurelica sin que hubiera graves consecuencias.