Bachelard

El joven Bachelard vivió una existencia bastante aislada junto a su madre, una mujer frágil y enfermiza, en la periferia del Clan Leopardo de la Jungla de los Bestiasangre, que valoran la fuerza y el poder por encima de todo y, por lo tanto, no tienen un lugar para la madre y su hijo en la sociedad general.

La experiencia de Bachelard como marginado, le proporcionó una perspectiva inusual de la vida y una amistad poco usual con su compañera forastera Alessia, una niña humana que el jefe acogió en un acto de bondad, pero que también tenía problemas para integrarse. Bachelard pasó gran parte de su juventud explorando la Selva de los Bestiasangre con su frágil amiga, una amistad que podría haber florecido en algo más de no ser por un cruel incidente que la separó para siempre del Clan Leopardo. Los años pasaron, al igual que la vivacidad de los recuerdos que Bachelard tenía de ella.

Incluso un pobre espécimen de la fuerza del Clan Leopardo, como lo era la madre de Bachelard, no pudo impedir que el joven cachorro y ahora quizás el guerrero Leopardo más poderoso de su generación, se ganara una popularidad mucho mayor entre los miembros del clan, que en años anteriores se habían contentado en condenarlos al ostracismo. Bachelard recibió gran atención, de la envidia de sus compañeros machos y del interés de las hembras, impresionadas por su fuerza extraordinaria. Sin embargo, Bachelard había puesto una especie de barrera al favor de su clan y, tal vez por sus primeras experiencias como forastero o por la inusual amistad de su juventud, anhelaba una vida fuera de la Jungla y también recuperar algo que perdió cuando su amiga humana de la infancia se apartó de él.