Geironul

Geironul fue una vez una poderosa paladina de la Orden del Templo Sagrado, admitida mediante una ceremonia bautismal en su Orden por la Lanza Sagrada con la marca de la Orden, la Divinidad del Fuego.

Geironul conoce la brutalidad de la guerra, ya que fue rescatada por un paladín del Templo de su primera batalla a los 10 años, y admitida poco después. Fueron tiempos oscuros donde los poderes del Caos estaban a punto de dominar Aurelica, donde Geironul juró solemnemente proteger sus tierras de la Oscuridad, a toda costa.

Geironul luchó bien, sobrepasando los límites del deber, pero su cuerpo y sus fuerzas terminaron cayendo en batalla. Debería haber muerto, pero no fue así. La Lanza Sagrada le otorgó un paso a la supervivencia. Lo que Geironul encontró al otro lado no fue la muerte, sino un largo sueño en el Vacío.

Geironul se sintió viva milenios después, con las fuerzas recuperadas. De inmediato supo por qué la habían traído de vuelta: para proteger Aurelica, una vez más.